¿Nadar?. Así a primera vista suena simple, casi todo el mundo sabe nadar. Si, pero yo quiero ver hasta donde puedo llegar, sin competir con nadie, solo conmigo mismo, mi peor rival.
A mi nunca me ha gustado demasiado el agua, y eso que en el colegio recuerdo que nos llevaban una vez en semana a la piscina cubierta a que aprendiésemos. Durante todos esos años que estuve yendo, lo odié con todas mis fuerzas, y fue cuando dejaron de llevarnos cuando empecé a echarlo en falta, de ahí viene mi espinita clavada.